Los jardines de la luna

Género: Fantasía épica
Serie: Primer libro de la serie Malaz: El libro de los caídos.
Publicado en: 1999
Título original: Gardens of the Moon
Sinopsis: Tras interminables guerras, amargas luchas internas y sangrientas confrontaciones, incluso las tropas imperiales necesitan un descanso. Pero la obsesión expansionista de la emperatriz Lassen no tiene límites, y cuenta con el apoyo de sus sanguinarios agentes de la Garra. Tras el último asedio, el sargento Whiskeyjack y su pelotón de Abrasapuentes necesitan tiempo para descansar y enterrar a sus muertos, pero Darujhistan, la última de las Ciudades Libres de Genabackis, los espera. Es el objetivo último de la insaciable emperatriz.
Y parece que el Imperio no es el único que codicia esa plaza: fuerzas siniestras conspiran dentro y fuera de las sendas mágicas, y todo indica que los propios dioses se preparan para la batalla...

Opinión:
Empecé a leer fantasía épica cuando tenía trece años —mi primer libro del género fue «El señor de los anillos»; recuerdo que me costó 1 800 pesetas en El Círculo de Lectores, una fortuna para mi economía— y en estos casi treinta años han pasado por mis manos libros de todo tipo, algunos claramente prescindibles, otros destinados a un público juvenil y poco crítico, los ha habido simplemente correctos, algunos que me han sorprendido gratamente y alguna que otra joya. En todo este tiempo nunca me había topado con una lectura tan exigente como la de «Los jardines de la luna», y esto es extensible a todo lo que he leído de la serie Malaz: El libro de los caídos.

La obra de Steven Erikson se puede definir de muchas formas, salvo como lectura ligera. «Los jardines de la luna» te exige leerla con atención, sin distraerte, sin saltarte párrafos, prestándole toda tu atención, y eso solo para poder enterarte de lo que te están contando.

Aunque el autor te lo anticipe en el prólogo de la novela (al menos en la edición que cayó en mis manos), nada te "prepara" para lo que nos vamos a encontrar.
"Estoy escribiendo una historia y, sea ficticia o no, la Historia no tiene un punto de partida real; incluso el origen y la caída de civilizaciones enteras son más confusos en lo que respecta a su principio y su final de lo que la gente piensa."
Como aficionado a la Historia que soy sé que eso es cierto, pero la dificultad con la que nos encontramos no radica en que nos empiecen a contar una historia en un momento intermedio de la misma, lo que desde tiempos de Homero se conoce como in media res.
"Al escribir Los jardines, pronto descubrí que el tema de los antecedentes iba a ser un problema, no importa hasta donde me remontase. Y me di cuenta de que a menos que se lo diese todo mascado a mis lectores (algo que me negaba a hacer, dado cuánto había criticado a los autores de fantasía épica por tratarnos a los lectores como si fuésemos idiotas), a menos que simplificase, a menos que me limitase a seguir el camino bien trillado que las novelas existentes habían seguido ya, iba a dejar a los lectores bastante confusos"
Confuso, desorientado, perdido... adjetivos todos ellos que describen bastante bien mi estado de ánimo al leer este libro. No se trata únicamente de la falta de antecedentes, el descontrol va mucho más allá. Imaginad que estáis en la calle y oís esta conversación:

- Ayer quedé con los amigos y nos fuimos al cine.
- ¿Cuál visteis? ¿El Hobbit?
- Esa es la que queríamos ver, pero al final vimos la de Tarantino porque había huelga de metro y nos tocó coger el 18 y cuando llegamos El Hobbit ya había empezado.

Probablemente lo único que hayáis tenido que deducir es que el 18 es un autobús y que "la de Tarantino" es «Django desencadenado».

Ahora imaginad que oís la misma conversación pero que sois una persona del siglo XV que acaba de ser transportado en el tiempo. ¿De cuánto os abríais enterado, teniendo en cuenta que ni siquiera sabéis que es eso del cine o del metro?.

Esa es la sensación que te invade cuando Erikson empieza a hablar de jaghuts y T'lan imass, ascendientes, sendas ancestrales, las Grandes Casas y la baraja de los dragones; confusión. Pero se trata, al menos para mi, de una confusión agradable, como la de un rompecabezas enorme que va tomando forma poco a poco y en el que cada pieza que colocas en su lugar correcto genera satisfacción.

Habréis podido observar que hasta el momento no he hablado de la trama del libro más allá de lo que aparece en la contraportada, ni voy a hacerlo ya que no sabría ni por dónde empezar; solo diré que se trata de una trama simple que deja entrever una complejidad asombrosa, de una historia llena de intrigas, con personajes que no son lo que parecen ser.

En cuanto al libro, he de reconocer que se trata de una obra llena de claroscuros, capaz de alternar fragmentos brillantes (la guerra de asesinos por los tejados de Darujistan es soberbia) con capítulos escritos con un estilo que podríamos calificar como anodino.

La cantidad de personajes es enorme y a todos ellos se les dedica un mínimo de atención. Es cierto que tal grado de detalle en todos los personajes parece excesivo, pero es algo que al final se agradece, sobre todo cuando lees los siguientes libros.

Quiero terminar con un fragmento del prólogo que refleja muy bien lo que te vas a encontrar si lees este libro:
"Los lectores o aman u odian mi trabajo. No hay término medio. Por supuesto, preferiría que a todo el mundo le encantase, pero entiendo por qué eso no puede ser. Estos no son libros fáciles. No puedes leerlos por encima, es imposible. Más problemático aun, la primera novela empieza a mitad de lo que parece un maratón; o te lanzas a correr y te mantienes en pie hasta el final, o estás fuera."
Claramente me incluyo en la primera categoría de lectores. He disfrutado leyendo este libro más que un gorrino en un barrizal. Es cierto que en algún momento he estado tentado de dejarlo por encontrarme demasiado perdido y por tratarse de una lectura demasiado exigente para lo que me apetecía cuando empecé a leerlo, pero cada página que leía me absorbía un poco más y después de las cien primeras no he sido capaz de dejarlo hasta terminar de leer «Memorias del hielo», el tercer libro de la serie (esa ha sido la principal razón por la que he tenido algo descuidado el blog últimamente).

Valoración: Absorbente. Cuatro estrellas.

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6 Comentarios

  1. "He disfrutado leyendo este libro más que un gorrino en un barrizal". ¡Qué grande! Jaaaa, jaa, jaaaaaa... Un poco más en serio, debo suscribir punto por punto esta crítica. Yo no lo hubiera contado mejor. Sobre todo, la cuestión de estar "agradablemente perdido" en una historia que no comprendes pero difrutas pero no acabas de pero a la vez mientras te entretiene y cada vez te engancha más. El Torbellino. Anomander Rake. La magia. Jaghuts, un Trell, abrasapuentes (y su humor característico, un nuevo género dentro del género), Laseen, el Imperio -de las narices- las Casas, los asesinos, la antigüedad y el futuro... Recomiendo tener paciencia y aguantar al menos 300 páginas. Después, haz lo que quieras.

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  2. Este libro me está "matando", en el bueno sentido. Llegué hasta la página 80, paré ahí y volví al principio a releer todo. Ahora estoy en las 100, y me parece que voy por el mismo camino porque ya me estoy empezando a perder de nuevo jajaja. Igual, me parece que este esfuerzo va a valer la pena. Quiero terminarlo antes de empezar con Tormenta de Espadas, ya que el fin de la temporada de este año me dejó sediento de "spoilers" jeje. Gracias por hacerme sentir que no soy el único perdido al leer Jardines. Igual, como dije antes, me parece que valdrá largamente la pena.

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  3. @Rod Rhames
    Un consejo, no intentes comprenderlo todo desde el principio, simplemente dejate llevar por la lectura y poco a poco irás captando la esencia del mundo creado por Steven Erikson.
    Como digo en la reseña, es de los libros más complejos de los que he leído en toda mi vida.

    Un saludo.

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  4. De acuerdo con todos, pero... Joder! ¿a dónde nos lleva? ¿de dónde viene? He leído tres libros de la saga y son tan desconcertantes como este. ¿Qué carajo de historia me está contando?¿Qué pretende? Yo estoy todo el rato como el gorrino, pero en el matadero a puntito del degüello: escenas impresionantes, entretenidas, legibles... seguidas de incoherentes (tal vez no con la historia que tiene in mente el autor: el autor, pero no nosotros, sus sufridos lectores) parrafadas esotéricas. Sigo esperando que, de pronto, todo cobre sentido en una historia magnífica e impresionante... pero no sé si me animaré a leer un cuarto libro. Creo que me quedo, de calle, con el lineal Tolkien y con el, por el contrario, múltiple Martin. Aunque sea cierto eso de que me traten como tonto: me gusta saber donde estoy. ¡Este que me trata como listo no consigue que disfrute tanto! JM Pen

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  5. Pero al menos no me negarás que, por muy desconcertados que nos deje, la batalla de asesinos por los tejados de Darujistán y la historia de la cadena de perros de Coltaine son soberbias; por no hablar de los Abrasapuentes.

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  6. Sencillamente la historia de un universo y dentro de el de sus diferentes continentes o mundos. Y...por supuesto, los que habitan en el comparsas o principales. Eso es lo que nos cuenta. Saludos

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