El principito

Género: Fantasía
Publicado en: 1943
Título original: Le Petit Prince
Sinopsis: "Fue aquí donde el principito apareció sobre la Tierra, desapareciendo luego. Examínenlo atentamente para que sepan reconocerlo, si algún día, viajando por África cruzan el desierto. Si por casualidad pasan por allí, no se apresuren, se los ruego, y deténganse un poco, precisamente bajo la estrella.
Si un niño llega hasta ustedes, si este niño ríe y tiene cabellos de oro y nunca responde a sus preguntas, adivinarán en seguida quién es. ¡Sean amables con él! Y comuníquenme rápidamente que ha regresado. ¡No me dejen tan triste!"

Opinión:
El principito vive en un pequeño planeta, el asteroide B 612, en el que hay tres volcanes (dos de ellos activos y uno no) y una rosa. Pasa sus días cuidando de su planeta, y quitando los árboles baobab que constantemente intentan echar raíces allí. De permitirles crecer, los árboles partirían su planeta en pedazos.
Un día decide abandonar su planeta para explorar otros mundos. Aprovecha una migración de pájaros para emprender su viaje y recorrer el universo; es así como visita seis planetas, cada uno de ellos habitado por un personaje: un rey, un vanidoso, un borracho, un hombre de negocios, un farolero y un geógrafo.
Este último personaje le recomienda viajar a un planeta específico, la Tierra. Una vez en nuestro planeta, y tras varias experiencias, termina en el desierto del Sahara donde acaba conociendo a un aviador que, debido a una avería en su avión, se ha visto obligado a aterrizar en medio del desierto (esto es algo que realmente le pasó al autor y que estuvo a punto de costarle la vida).

Cuando se habla de "El principito", la cuestión no debería versar sobre si es o no un buen libro, si no sobre hasta qué punto ha conseguido profundizar el lector. El principito es una historia que envuelve una alegoría que esconde una metáfora.

Cuando preguntas a la gente qué opinión tiene de "El principito", descartando por motivos obvios a los que no lo han leído, sueles encontrar dos grupos con opiniones enfrentadas, casi al borde de una guerra civil.
Un primer grupo de gente lo considera un libro imprescindible, una de las mejores obras jamás escritas. Por contra, el segundo grupo lo considera un cuento para niños terriblemente sobre valorado; como oí una vez: "si tienes menos de ocho años y lo utilizas para ejercitar la lectura está bien, fuera de ahí es perder el tiempo. Obviamente, mi opinión es mucho más cercana a la primer grupo que a la segundo.

Considerar que "El principito" es un cuento para niños es como considerar que el arte naïf es arte para niños (la primera vez que visité el museo de Orsay pude ver a un par de niños asustarse hasta casi el llanto delante de La guerra de Henri Rousseau)

Lo leí por primera vez con diez u once años y me encontré con una historia que me encantó.
Lo volví a leer con veintipocos y me fascinó. Descubrí un libro que, aunque tenía las mismas palabras que diez años antes, contaba algo totalmente distinto; esta segunda vez había leído un libro que hablaba sobre las verdades de la vida, sobre cosas que eran importantes para la humanidad, como amor y amistad.
Lo volví a leer por tercera vez a los treinta y seis años y me volvió a sorprender; esta vez no hablaba sobre las "verdades de la vida", hablaba sobre mi.
Ese es el gran mérito de este cuento, lo leas cuando lo leas nunca parece decir lo mismo, es un libro que madura contigo y te va mostrando su contenido a medida que estás dispuesto a escuchar lo que te tiene que decir.

Para terminar, me gustaría hacer una reflexión -más bien dar un consejo- que, además, es válida para muchos libros. El principito se publicó en 1943 y Saint-Exupéry desapareció en 1944; durante ese año estuvo bastante ocupado combatiendo en la Segunda Guerra Mundial, eso significa que no pudo realizar muchas entrevistas, ni escribir artículos o comentarios sobre el libro. Hay que añadir que la fama de "El principito" llegó una vez acabada la guerra. En estos momentos probablemente os estaréis preguntando a dónde quiero llegar con todo esto.
Lo que quiero decir es que la única persona que es capaz de saber lo que realmente significan las metáforas de un libro es su autor y, desgraciadamente, Saint-Exupéry nunca las explicó. Eso implica que las metáforas no tienen dueño, pertenecen al que las lee. No dejéis que nadie os diga lo que significan; las historias de "El principito" significan exactamente lo que le dicen a cada persona que las lee. Espero haberme explicado lo suficientemente bien porque este es un tema que, particularmente, me da mucha rabia, la existencia de legiones de interpretadores de intenciones de los autores de libros y descifradores de significados simbólicos, que se encargan de explicar qué quiso decir exactamente un autor cuando escribía.

Valoración: Cuatro estrellas. Estamos ante un libro de lectura imprescindible; decir que no has leído El principito es como decir que te has criado en los ochenta y no has visto E.T.

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4 Comentarios

  1. a quien le dedica el libro cual es la diferencia de los dos grupos

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  2. No entiendo muy bien la pregunta.

    Un saludo.

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  3. "Es un libro que madura contigo" (como genialmente lo apuntó "Mi rincón de libros"). Es un libro iniciático ¿a qué? No se puede saber de antemano, pero todos lo intuimos (por eso seguirá siendo universal -no importará tiempo ni espacio-), de ahí que dejemos que nos "tome" y que nos lleve a esa dimensión (o por lo menos que consolide la parte superior de donde todavía estamos) o salimos huyendo de miedo y sintomaticamente lo reducimos a una simple "lectura infantil".

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  4. "Es un libro que madura contigo" (como genialmente lo apuntó "Mi rincón de libros"). Es un libro iniciático ¿a qué? No se puede saber de antemano, pero todos lo intuimos (por eso seguirá siendo universal -no importará tiempo ni espacio-), de ahí que dejemos que nos "tome" y que nos lleve a esa dimensión (o por lo menos que consolide la parte superior de donde todavía estamos) o salimos huyendo de miedo y sintomaticamente lo reducimos a una simple "lectura infantil".

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