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El ojo del mundo
Autor: Robert Jordan
Más libros de la serie:
Género: Fantasía épica
Serie: Primer libro de la serie La rueda del tiempo
Publicado en: 1990
Título original: The Eye of the World
Serie: Primer libro de la serie La rueda del tiempo
Publicado en: 1990
Título original: The Eye of the World
Sinopsis: El mundo gira y gira y una vez tras otra vuelven, al cabo de los años, de los milenios, los días prometidos en las leyendas. Desde el horrible momento en el que Lews Therin, que fue Señor de la Luz, Impulsado por las fuerzas de la Oscuridad, dio muerte a todos los suyos, no ha cesado la lucha entre la luz y las tinieblas, la vida y la muerte, el bien y el mal.
En una pequeña aldea solitaria de la región de Dos Rios vive Rand, un joven granjero, en compañía de su padre. Una noche son asaltados por los trollocs, seres medio bestias, que hieren al padre. Rand lo traslada al pueblo mas cercano para que lo curen y ve como allí los trollocs también han ocasionado graves destrozos. Una poderosa maga, Moiriane, afirma que Rand y otros dos muchachos tienen que huir de la aldea porque son el objetivo de la persecución de los trollocs, quienes obedecen a las fuerzas del mal. Rand y sus compañeros parten y el joven lleva una valiosa espada que su padre le entrega a la vez que le deja entrever, con sus palabras febriles y entrecortadas, que tal vez no sea su verdadero hijo.
El Ojo del Mundo es la primera parte de una ambiciosa saga de literatura fantástica, La Rueda del Tiempo, fuente inagotable de sorpresas, de innumerables personajes y de una gran variedad de situaciones. Ofrece, además, encantadoras descripciones de aldeas inglesas y de las costumbres que se tenían en ellas nueve siglos atrás, con ingenuas fiestas pueblerinas, inflexible feudalismo y dominándolo todo, un inagotable ejercicio de la magia.
En una pequeña aldea solitaria de la región de Dos Rios vive Rand, un joven granjero, en compañía de su padre. Una noche son asaltados por los trollocs, seres medio bestias, que hieren al padre. Rand lo traslada al pueblo mas cercano para que lo curen y ve como allí los trollocs también han ocasionado graves destrozos. Una poderosa maga, Moiriane, afirma que Rand y otros dos muchachos tienen que huir de la aldea porque son el objetivo de la persecución de los trollocs, quienes obedecen a las fuerzas del mal. Rand y sus compañeros parten y el joven lleva una valiosa espada que su padre le entrega a la vez que le deja entrever, con sus palabras febriles y entrecortadas, que tal vez no sea su verdadero hijo.
El Ojo del Mundo es la primera parte de una ambiciosa saga de literatura fantástica, La Rueda del Tiempo, fuente inagotable de sorpresas, de innumerables personajes y de una gran variedad de situaciones. Ofrece, además, encantadoras descripciones de aldeas inglesas y de las costumbres que se tenían en ellas nueve siglos atrás, con ingenuas fiestas pueblerinas, inflexible feudalismo y dominándolo todo, un inagotable ejercicio de la magia.
Opinión:
Cuando sueles leer fantasía épica es habitual encontrarse con trilogías y, en ocasiones tetralogías e incluso pentalogías, pero esta saga va mucho más allá, se trata de una tetradecalogía (para los afectados por la LOGSE, serie de catorce libros). Inicialmente la saga iba a tener doce libros, pero en 2007, cuando llevaba escritos los once primeros, Robert Jordan falleció debido a una amiloidosis con cardiopatía (a los seguidores de House igual os suene el nombre). Tras su fallecimiento, los editores contrataron a Brandon Sanderson para terminar la obra, pero en lugar de un decimosegundo volumen de más de dosmil páginas, como había anunciado el propio Jordan, se decidió dividirlo en tres volúmenes; de hay la tetradecalogía.
La edición española consta de veinte volúmenes debido a la "bendita" costumbre de dividir volumenes extensos en dos, por ejemplo, "El ojo del mundo" ha salido publicado en España en los volúmenes "Desde Dos Ríos" y "La Llaga". No obstante, yo voy a ceñirme a la ordenación del original en inglés. Una vez puestos en antecedentes podemos volver al libro.
A medida que vas leyendo fantasía épica te vas dando cuenta que existen unos patrones que se repiten. Existen las novelas basadas en un variopinto grupo de aventureros más o menos profesionales, a esta categoría pertenecen las obras de Dragolance y Reinos Olvidados. Otro tipo de novelas son aquellas en las que aparece un héroe que no quiere serlo, pero que las fuerzas del destino han depositado en sus manos la responsabilidad de salvar el mundo de un ente que representa el mal supremo, claro ejemplo de estas novelas es "El señor de los anillos". Un tercer grupo de novelas son aquellas en las que el protagonista es un aventurero solitario que, cual Don Quijote de turno, se dedica a desfacer entuertos; el máximo exponente de esa categoría es Conan de Cimmeria. "El ojo del mundo" pertenece claramente a la segunda categoría.
El libro sigue fielmente el camino abierto por Tolkien, tan fielmente que en ocasiones parece un calco de "El señor de los anillos". Tres muchachos de un pequeño y apartado pueblo dedicado al pastoreo y al cultivo de tabaco (que casualidad, el bien más preciado que se producía en La Comarca no eran los hobbits aventureros sino la hierba de pipa) se ven repentinamente atacados por los esbirros del Señor Oscuro de turno, unos seres con aspecto de bestia y a los que les daña la luz del sol (igual que los orcos y trasgos de Tolkien) comandados por unos jinetes embozados con capuchas negras que no dejan ver su cara (habría resultado difícil idear un personaje más parecido a un Nazgûl) y se ven obligados a huir, ayudados por misteriosos desconocidos, poseedores de útiles y mágicas habilidades. Lamentablemente, esta obra no resiste la comparación con Tolkien y su Tierra Media, encontrándose muchos peldaños por debajo.
El libro es dinámico, con las escenas típicas en las que los buenos son perseguidos por los malos y consiguen salvarse siempre en el último momento, cuando todo parece ya perdido. El problema es que se repite el mismo guión una y otra vez, da igual que vaya todo el grupo junto o que, por avatares del destino, se hayan separado los unos de los otros.
En cuanto a los personajes puedo decir que carecen de profundidad, son individuos sin un carácter definido, casi unidimensionales; los malos son malos sin más, los buenos son buenos hasta el cansancio y los misteriosos son simplemente un poco misteriosos.
Además, la obra está impregnada de un feminismo recalcitrante que llega a cansar. Las mujeres son todas guapas, listas, poderosas y controladoras; sus actos siempre son los correctos y son poseedoras de una sabiduría ancestral que hace que entiendan la verdadera naturaleza de las personas.
Los hombres son brutos, primarios, manipulables y manipulados, incapaces de ver nada más allá de sus propias narices si no hay una mujer que se lo señale; son los culpables de todos los males que ahora tienen que arreglar las mujeres.
La edición española consta de veinte volúmenes debido a la "bendita" costumbre de dividir volumenes extensos en dos, por ejemplo, "El ojo del mundo" ha salido publicado en España en los volúmenes "Desde Dos Ríos" y "La Llaga". No obstante, yo voy a ceñirme a la ordenación del original en inglés. Una vez puestos en antecedentes podemos volver al libro.
A medida que vas leyendo fantasía épica te vas dando cuenta que existen unos patrones que se repiten. Existen las novelas basadas en un variopinto grupo de aventureros más o menos profesionales, a esta categoría pertenecen las obras de Dragolance y Reinos Olvidados. Otro tipo de novelas son aquellas en las que aparece un héroe que no quiere serlo, pero que las fuerzas del destino han depositado en sus manos la responsabilidad de salvar el mundo de un ente que representa el mal supremo, claro ejemplo de estas novelas es "El señor de los anillos". Un tercer grupo de novelas son aquellas en las que el protagonista es un aventurero solitario que, cual Don Quijote de turno, se dedica a desfacer entuertos; el máximo exponente de esa categoría es Conan de Cimmeria. "El ojo del mundo" pertenece claramente a la segunda categoría.
El libro sigue fielmente el camino abierto por Tolkien, tan fielmente que en ocasiones parece un calco de "El señor de los anillos". Tres muchachos de un pequeño y apartado pueblo dedicado al pastoreo y al cultivo de tabaco (que casualidad, el bien más preciado que se producía en La Comarca no eran los hobbits aventureros sino la hierba de pipa) se ven repentinamente atacados por los esbirros del Señor Oscuro de turno, unos seres con aspecto de bestia y a los que les daña la luz del sol (igual que los orcos y trasgos de Tolkien) comandados por unos jinetes embozados con capuchas negras que no dejan ver su cara (habría resultado difícil idear un personaje más parecido a un Nazgûl) y se ven obligados a huir, ayudados por misteriosos desconocidos, poseedores de útiles y mágicas habilidades. Lamentablemente, esta obra no resiste la comparación con Tolkien y su Tierra Media, encontrándose muchos peldaños por debajo.
El libro es dinámico, con las escenas típicas en las que los buenos son perseguidos por los malos y consiguen salvarse siempre en el último momento, cuando todo parece ya perdido. El problema es que se repite el mismo guión una y otra vez, da igual que vaya todo el grupo junto o que, por avatares del destino, se hayan separado los unos de los otros.
En cuanto a los personajes puedo decir que carecen de profundidad, son individuos sin un carácter definido, casi unidimensionales; los malos son malos sin más, los buenos son buenos hasta el cansancio y los misteriosos son simplemente un poco misteriosos.
Además, la obra está impregnada de un feminismo recalcitrante que llega a cansar. Las mujeres son todas guapas, listas, poderosas y controladoras; sus actos siempre son los correctos y son poseedoras de una sabiduría ancestral que hace que entiendan la verdadera naturaleza de las personas.
Los hombres son brutos, primarios, manipulables y manipulados, incapaces de ver nada más allá de sus propias narices si no hay una mujer que se lo señale; son los culpables de todos los males que ahora tienen que arreglar las mujeres.
Valoración: Tres estrellas. Se trata de un libro correcto, dinámico y de fácil lectura, lo suficientemente bueno para incitarme a leer el segundo de la serie, pero no lo suficientemente bueno como para asegurar que me leeré toda la saga.
Más libros de la serie:
El despertar de los héroes |
El Dragón renacido |
El aumento de la sombra |
Cielo en llamas |
El señor del caos |
La corona de espadas |
El camino de dagas |
El corazón del invierno |
Encrucijada en el crepúsculo |
Cuchillo de sueños |
La tormenta |
Torres de medianoche |
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2 Comentarios
Hola ¿qué hay?
ResponderEliminarEste libro en cambio que a ti, me encantó cuando lo lei, sí que es verdad que en un principio es muy similiar o tiene aspectos similares con la obra de Tolkien, pero es algo que el autor ya ha comentado también en ocasiones.
Por otro lado, el libro poco a poco va aumentando en calidad literaria y mucho más a medida que la saga va avanzando.
Dale una oportunidad, después la cosa se pone muy interesante.
Por cierto esta muy chulo el blog, te añadire en el roller del mio.
La verdad es que tengo previsto seguir con la saga ya que no eres el primero que me comenta que el primer libro no es precisamente el mejor (además, cómo no hacer caso a un paisano como tú).
ResponderEliminarLo más probable es que el mes que viene empiece con «El despertar de los héroes».
Un saludo desde Castellón.